domingo, 28 de abril de 2013

Día 1.


Lima 14 de Marzo del 2012


J:

Me hubiese gustado saber que llegaste bien, que no te pasó nada al bajar del avión, que Argentina a primera vista es todo lo que esperabas y mucho más aun, que pudiste con todo tu equipaje y que el lugar donde te quedas por el momento, aunque pequeño, es muy acogedor y cálido. También me hubiese gustado escuchar tu voz a través del teléfono, al menos sentir que correspondías y comprendías mi preocupación, que recordarías lo que te pedí tantas veces casi con voz suplicante... pero creo que otra vez no se pudo dar.
Atiné a llamar a tu casa donde C me dijo que aun no te habías manifestado ni por chiste y eso me tenía preocupado. Por suerte volví a llamar y la voz irónica de tu padre, afirmándome que ya me habías dejado por un argentino, me tranquilizó diciéndome que estaba tan preocupado como yo y que, aunque se moría por hablar contigo, tu ya habías dejado el mensaje de que estabas bien y que ya estabas instalada en la nueva ciudad donde empezará tu gran aventura.
Hoy la vida fue una locura saliendo del aeropuerto, entre que S le tiraba lente a los gringos que salían y entraban, y admiraba la belleza de las rubias señoritas extranjeras (creo yo que eso lo adquirió de ti); C diciéndome que me quede tranquilo que nos estaríamos viendo muy pronto. Estaba con mi madre en el paradero y llegaron a nosotros una pareja de extranjeros perdidos en Perú, viviendo la locura del amor con unos cuantos soles en el bolsillo:

"Disculpe, como llegamos a mirafloura?"

Coincidí con mi madre en que no todos los peruanos somos unos embusteros, ni mucho menos unos desalmados y con el mayor aprecio del mundo y con el mayor cuidado los acompañamos hasta la marina para que tomen la chama y vivan su amor mirando el mar en Larcomar. Me sentí tan feliz con el solo hecho de verlos, ver que estaban en un país tan alejado del suyo pero que para ellos solo les bastaba con tenerse el uno al otro y nada más. No les importó viajar de pie ni siquiera querían sentarse, ella estaba abrazada a su novio como tan solo hace unas horas me abrazaste tu a mi. Demostrando y derramando ese amor tan bello, tan bonito, tan extranjero que se podía oler a kilómetros. Los embarcamos en una Chama y nos agradecieron con la mayor cara de ternura que pude haber visto en mi vida, y con un saludo de mano a la distancia los vimos irse mientras esparcían su amor por el camino.

Llegué a mi casa y no me sentí tan triste, mamá me levantó el animo con un yogolatto, y me dio un trabajo para que me distrajera, cosa que me es imposible de hacer hasta el momento, pero que ya trataré de hacer con más calma mañana, por hoy solo quiero contagiarme de esa amigdalitis que solo Bryce puede contagiar y quizá quedarme dormido entre lagrimas amorosas que rueden cálidas por mi rostro.

Hoy empieza tu aventura y yo empiezo a sobrevivir...

"En la travesía de tu ausencia"

Con todo el amor de mi alma. Miguel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por el comentario ^^