Cuando tenía 14 me di cuenta del dolor que podía causar una despedida. Pasar 3 hermosos meses con aquellos niños de los cuales me enamoraba cada día más, que con su ternura y su alegría hacían saltar mi corazón. Pero se terminaba el verano y al mismo tiempo llegaba la hora de decir adiós. A algunos los volví a ver, a otros no los he vuelto a ver desde entonces, pero tengo la seguridad de que aquellos niños que cuidé en su tiempo hoy están haciendo sus vidas, enfrentándose con coraje a sus propios demonios internos y haciendo de ellos las personas que ellas decidieron ser.
Así mismo hoy la veo como una niña, una niña muy especial. El verano se terminó, y la verdad es que no sé si la volveré a ver. Pero sé que algo aprendió de mi, así como yo aprendí de ella.
Gracias...
Y es que hoy por hoy soy una mejor persona gracias a ti. Una persona más completa; y es que por nada del mundo podré olvidar todo lo que me enseñaste. Cultura etílica, Coldplay y Zoé (y por qué no, escuchar de todo un poco), sé lo que es un concierto gracias a ti, perdí esa vergüenza a mostrarme, descubrí que soy valioso tal como soy, que no importa lo que diga la gente que debo de ser lo más FRESH posible porque esta vida es solo una, tengo ambiciones, tengo metas, tengo sueños... sueños propios no más compartidos, y el que quiera compartirlos conmigo pues bienvenido sea y el que no también, el lenguaje de señas, patinar, aprender otro idioma, ser el mejor diseñador gráfico, y también otras cosas que descubrí gracias a ti, descubrí lo mucho que puedo llegar a amar, y al mismo tiempo descubrí mi máxima capacidad, gracias a ti ahora sé que no hay nada que no pueda lograr.
Ahora sé que puedo hacer cualquier cosa... me siento capaz hasta de comerme el mundo. Llegar a cualquier parte y hacer lo impensable.
"No hay nada que pueda perder, que no pueda hacer, que no pueda amar, que pueda soñar..."